Ese es mi deseo para este año nuevo, viajar, conocer, impactarse con cada cosa nueva encontrada en este mundo tan divino.
Quizá solo se trate de elecciones. Animarse. Intentar conocer, intentar conocerse. Porque, por suerte, uno se cansa de ser siempre uno mismo.
Citando un dialogo entre Carlos Castañeda y Don Juan:
La sola idea de despegarme de todo lo que conozco me da escalofríos -dije.
‑¡Has de estar bromeando! Lo que debería darte escalofríos es no tener nada que esperar más que una vida de hacer lo que siempre has hecho. Piensa en el hombre que planta maíz año tras año hasta que está demasiado viejo y cansado para levantarse y se queda echado como un perro viejo. Sus pensamientos y sentimientos, lo mejor que tiene, vagan sin ton ni son y se fijan en lo único que ha hecho: plantar maíz. Para mí, ése es el desperdicio más aterrador que existe.
“Somos hombres y nuestra suerte es aprender y ser arrojados a mundos nuevos, inconcebibles.”
‑¿Hay de veras algún mundo nuevo para nosotros? ‑pregunté, medio en broma. [1]

No hay comentarios:
Publicar un comentario